En la LIV edición del Certamen Nacional de Arte de Luarca resultaron ganadoras las artistas Carmen Santamarina y Kela Coto, Premios Ayuntamiento de Valdés y Fundación Caja Rural de Asturias respectivamente.
Dentro de las actividades relacionadas con el CNAL, con la finalidad promocionar y de contribuir a la visibilidad de los artistas, se realiza una exposición individual de los ganadores y se edita un catálogo de cada artista.
Al salir apaguen la luz
MANIQUÍ DE ROSTRO CAMBIANTE.
Ver en las fotografías otra voz más allá de la voz de la figura representada. Ver la propia a través de un rostro anónimo. Quizás, también, ser voz para el resto de nosotras. Deshacer relatos asignados y transgredir los convencionalismos heredados combinando elementos, texturas, incorporando el color al blanco y negro. En definitiva, generar otra manera de mirar(nos).
Rescate
En los años noventa del pasado siglo, Max Dean creó la instalación interactivaAs Yet Untitled. En ella un brazo robótico muestra al público fotografías procedentes de álbumes familiares encontrados por el artista. Tres imágenes por minuto. Si el público posa sus manos en un sensor, la fotografía será salvada y devuelta a una caja archivadora. De lo contrario, la maquinaria seguirá su curso y la fotografía terminará triturada. Si Carmen Santamarina se situase ante As Yet Untitled, ¿qué imágenes redimiría?
En su ensayo Poética de la ausencia, Isabel Cadenas Cañón arroja esta reflexión y se interroga sobre el porqué de la atracción que generan este tipo de fotografías:
Vivimos en tiempos nostálgicos. Las cámaras de los teléfonos móviles tienen filtros para hacer que las imágenes parezcan antiguas y cada fin de semana hordas de nostálgicos recorren los mercados de pulgas en busca de objetos de segunda mano, un collar, un vestido, una cajita de música. Y, sobre todo, fotografías; hay puestos con cajas llenas. Los nostálgicos, las nostálgicas, revuelven entre ellas y seleccionan unas pocas. ¿Por qué nos fascinan esas imágenes de personas a las que no conocimos, en lugares a los que no hemos ido, haciendo cosas que no entendemos?
Santamarina rescata retratos de mujeres. De diferentes edades y en diferentes situaciones. Pero no es nostalgia, es el caballo de Troya desde el que penetrar en el cuestionamiento del arquetipo. Algunas veces esas mujeres están acompañadas de un marido. En este último caso las imágenes devienen en un ensayo narrativo en 29 tangos. Eros, como ha dicho Anne Carson, es un verbo.
Quehacer
Virginia Woolf publicó, en marzo de 1929, el texto “Las mujeres y la narrativa de ficción” en la revista estadounidense The Forum. De él procede este extracto:
De nuestros padres siempre sabemos algún hecho, algún rasgo distintivo. Fueron soldados o fueron marinos, desempeñaron tal cargo o elaboraron tal ley. Pero ¿qué queda de nuestras madres, nuestras abuelas, nuestras bisabuelas? Nada, salvo cierta tradición. Una era bella, otra pelirroja, y la otra recibió un saludo de la reina. Nada sabemos de ellas, salvo sus nombres, el día de su matrimonio y los hijos que dieron a luz.
La historia de la humanidad es la historia de la línea masculina, no de la línea femenina. Carmen Santamarina subvierte el eje y recupera fotografías de mujeres que, como agua estancada, permanecían en el olvido relegadas al papel de esposas, de madres, de hijas... Siempre con el “de” incorporado. Intervenidas en su cotidianidad, la artista les añade capas de significado por medio de títulos procedentes de versos de poemas y de elementos plásticos (pintura, pan de oro, troquelados, acetatos, objetos) con el fin de generar nuevas lecturas. Un quehacer que, a modo de catarsis, expía culpas: querer-conciliarlo-todo y caer-en-la-trampa-de-la-superwoman para, finalmente, matar-al-Ángel-del-Hogar. Si yo no la hubiera matado a ella, ella me habría matado a mí, sentenció Virginia Woolf en “Profesiones para mujeres”, un texto leído en la National Society for Women’s Service el 21 de enero de 1931. Décadas antes, en 1892, la sufragista, abolicionista y pionera en las luchas por los derechos de las mujeres Elizabeth Cady Stanton pronunció el discurso feminista y existencialista “La soledad del ser” en el que clamaba:
¿Es entonces coherente constreñir el desarrollo de la mujer de hoy a los estrechos límites políticos en los que vivían las señoras que manejaban la rueca y la aguja de tejer en el pasado? ¡No! ¡No! Ahora las máquinas cargan sobre sus incansables hombros tanto las labores de la mujer como las del hombre; el telar y la rueca no son sino sueños del pasado; la pluma, el caballete, el pincel y el cincel han tomado su lugar al mismo tiempo que las esperanzas y las ambiciones de las mujeres han cambiado radicalmente.
Trabajadas casi como exvotos, las obras de Santamarina liberan a las mujeres de las fotografías a través de interrogantes que se vuelven hacia ella misma y hacia todas nosotras. La mano de la artista ahonda metafóricamente en esas esperanzas y ambiciones íntimas, no exentas de miedos y soledades, que en la búsqueda de comprensión del propio yo sean capaces de identificar cuándo la máquina de mermarse una misma, que diría Annie Ernaux, se pone en marcha para sacar la mujer helada que llevamos dentro. Toda mi historia de mujer es la de una escalera que se va bajando a regañadientes, manifiesta Ernaux. Correr tras una igualdad que parece que se escapa continuamente para luego instalarse en la diferencia. Sus collages tienen mucho de (auto)reflexión, de matar-a-la-mujer-helada.
Resignificación
Cuando lo que parecían certezas ahora sólo son incertidumbres se asoma, tímidamente, el contrarrelato. Las inercias y lo supuestamente correcto, lo-que-toda-mujer-debería-ser salta al vacío. Se genera, entonces, una-mirada-incómoda. ¿Cuál es nuestro papel en escena? Mary Jo Bang en los poemas de Una muñeca para tirar dispara palabras:
Cada imagen de mujer habla de un cuerpo teatral representando un guion, el conector que carga con todo cuando hay guerra, y que hace bordados cuando no. Puedo ver que ellas, es decir, nosotras, estamos destinadas a ser objetos: pequeña escala, frágiles, modestas.
La incorporación de materiales heterogéneos que realiza Carmen Santamarina en las fotografías no sólo es un acto físico, también es un proceso mental. La resignificación deviene en la punta de lanza del proceso creativo. A los elementos añadidos les corresponden estratos de conceptos. Decir, decidir, leer, imaginar, crear, escribir... todos estos y más tienen que ser nuestros verbos. La subordinación del pasado no puede condicionar el presente. Ser no debe convertirse en una costumbre. Ser, desde el cuestionamiento de roles, debe convertirse en una actitud constante.
Mary Jo Bang de nuevo:
Desnuda o no, soy un disfraz que se mueve, un maniquí de rostro cambiante. Podríamos decir que soy un estado de ánimo. Comienzo alegre pero a veces me pongo solemne al enfrentar mi propia mitología.
Los retratos de mujeres desconocidas sobre los que actúa la artista son, en profundidad, un juego de espejos que tienen mucho de autorretrato. Es decir, de nosotras también. La identidad subjetiva se convierte en universal para todas. Es la búsqueda de nosotras mismas sorteando nuestros estados de ánimo cambiantes y luchando contra los mitos construidos para convertirnos, así, en dramaturgas de nuestro propio guion. Las obras de Santamarina conforman, en definitiva, una especie de diario de múltiplos de ella, de nosotras.
Natalia Alonso Arduengo
Junio 2023
Ampliación del territorio
JUEGO DE FUTUROS.
Es inevitable que la experiencia del territorio,
con toda su complejidad, acabe produciendo imágenes,
tanto como la propia representación del entorno en la historia del arte
decantará un modo de mirar nuestros alrededores en clave paisajística.
VÍCTOR DEL RÍO
Quizá me hubiera deslizado hacia una etapa más profunda de futuridad.
¿Había dejado atrás el futuro real para avanzar hacia un futuro falso?
Sí, lo había hecho. En ese momento de mi Odisea suburbana
la realidad estaba detrás de mí
ROBERT SMITHSON
Gilles Clément, conocido por su
Las fotografías de Kela Coto constituyen un repertorio de tres de las categorías de Clément:
Junto a las montañas de carbón, el óxido se convierte en otro de los protagonistas. Contrario al brillo que prima en los materiales de nuestras sociedades, el óxido ofrece resistencia no sólo estética sino también conceptual. Como una especie de
En 1967 Robert Smithson publicó en la revista Artforum un artículo titulado “Los Monumentos de Passaic, Nueva Jersey” en el que aborda un paseo por ese paraje periférico afectado por la industrialización. En él se aprecia una sensibilidad próxima a la de Uvedale Price, teórico lo pintoresco. Habría que recordar que las cualidades formales asociadas a esta categoría estética incluyen las variaciones de luces y sombras, las curvas, las ruinas, lo intrincado, lo rugoso... Lo contrario a lo pulido rechazado por Han.
Relata Smithson:
¿Son las fotografías de
En el trabajo de Kela Coto no hay manipulación de la realidad, ni retoques, ni construcción escenificada. En sus propias palabras:
Natalia Alonso Arduengo
Museo Barjola, GIJÓN. Del 10 de julio al 4 de agosto.